La entrada en vigencia del Tratado de Libre Comercio entre Perú y EE. UU., sin duda, constituye uno de los mayores logros de la política peruana de comercio exterior, puesto que abre la oportunidad para un mayor despegue de diversos sectores, al haberse asegurado el acceso a dicho mercado. Sin embargo, la coyuntura recesiva del mercado estadounidense postergaría en el corto plazo algunos de los efectos positivos previstos inicialmente, evidenciado más bien la necesidad de acelerar las reformas que apunten a ser competitivos en tiempos de crisis.
Cabe destacar que el panorama de la economía estadounidense es más sombrío conforme se han dado a conocer las últimas cifras. El consumo, que representa cerca del 70% del PBI, evidencia un claro deterioro, con ventas minoristas que han retrocedido en 9.8% en diciembre, habiéndose proyectado una caída de la economía de 1.8% para 2009, según el Fondo Monetario Internacional (FMI).
En 2008, el mercado estadounidense absorbió el 18% del total de exportaciones peruanas, concentrándose básicamente en envíos de metales básicos, derivados del petróleo, productos de agroexportación y confecciones.
Hasta noviembre de 2008, el Perú se ubicó en el puesto 45 dentro de la lista de proveedores del mercado estadounidense, habiendo exportado el 28% bajo la Ley de Preferencias Arancelarias Andinas (ATPDEA), constituyéndose en el tercer país que más aprovechó dicho marco, superado por Colombia y Ecuador. La entrada en operatividad del TLC con EE. UU. permitiría que 6,283 partidas ingresen de forma inmediata libre de aranceles, equivalente al 60% del total de partidas.
Cabe destacar que más del 50% de la oferta peruana hacia el mercado estadounidense se concentró en productos de bajo valor agregado, siendo liderados por los envíos de cátodos de cobre, oro, aceites crudos de petróleo, entre otros. De otro lado, destacó los envíos de polos de algodón, así como las hortalizas y frutas, las que se situaron entre las más dinámicas entre 2003 – 2008.
Fuente: CENTRUM AL DIA
