El Perú, por primera vez en su historia, impulsado por su destacado desempeño económico, figura en el puesto 35 de 55 países que conforman el Índice de Competitividad Mundial que emite desde hace 20 años el Centro Mundial de Competitividad del IMD, la primera escuela de negocios de Europa (Forbes, 2007).
En los cuatro grandes factores evaluados por el Índice de Competitividad Mundial del IMD, el Perú obtuvo calificaciones distintas.
El Perú destacó en el desempeño económico (Puesto 14), liderando la región latinoamericana por encima de países como México, Brasil y Chile. Dicho resultado refleja el período de crecimiento económico y estabilidad de precios por el que atraviesa la economía peruana: hasta febrero de 2008, se acumuló 80 meses de crecimiento sostenido y se tuvo una de las inflaciones más bajas del orbe. El crecimiento se tradujo en aumento neto del empleo, teniéndose además una importante fuerza laboral.
Respecto a la eficiencia del gobierno, el Perú se ubicó en el puesto 32, teniendo al manejo de las finanzas públicas como su mejor indicador relativo (puesto 15) y es que no sólo se ha venido obteniendo superávits fiscales, sino acumulando mayores reservas internacionales fortaleciendo la posición de cambio. Sin embargo, se tiene debilidades marcadas en cuanto a aspectos institucionales, legislación de negocios y educación.
Respecto a la eficiencia de negocios, el Perú se ubicó en el puesto 30 por debajo de Chile y Brasil, teniendo a su mejor indicador al mercado laboral, reflejo de la dinámica general del empleo a nivel de empresas de todos los tamaños. La productividad y eficiencia en los negocios fue el punto más bajo (puesto 47).
Respecto a infraestructura, el Perú se situó en el puesto 52, evidenciando la continuidad de la brecha de inversión y la necesidad de mejorar la infraestructura que facilite el desarrollo de negocios, infraestructura básica, tecnológica, científica, de salud, medio ambiente, recursos humanos, entre otros. La puesta en marcha de los diversos proyectos en concesión impactaría en una mejora del indicador.
En definitiva, el factor que más contribuyó a la posición de Perú fue el desempeño económico, lo cual implica que se cuenta con herramientas más sólidas para hacer frente a las crisis internacionales, sin que ello implique una disminución en las expectativas de crecimiento del país, más aún en el contexto de aumento de la incertidumbre acerca de la futura evolución de la crisis estadounidense y su preocupación por el impacto de la crisis crediticia internacional.
Durante el bienio 2008 – 2009, la economía peruana continuaría en su senda expansiva previéndose crecimientos en torno al 6.5% y una inflación moderada por debajo de los niveles de la mayor parte de países. Las cuentas externas continuarían sólidas: la balanza comercial, aunque menor, sería positiva (favoreciendo a la cuenta corriente), ya que se continuaría con la reducción del peso de la deuda, y el tipo de cambio afrontaría mayor presión a la baja, dado los fundamentos económicos favorables.
Los desafíos que enfrenta el país para mejorar la competitividad son estructurales y están en línea con alguna de las reformas iniciadas, teniéndose pendiente:
1. Fortalecer las cadenas productivas y conglomerados.
2. Reforma del sistema educativo para desarrollar las competencias en los jóvenes y adolescentes que requiere el mercado.
3. Aumentar y mejorar la infraestructura y la provisión de servicios.
4. Aumentar la eficiencia del sector público.
5. Promover el liderazgo social y responsable en la sociedad.
Fuente: CENTRUM
